3.04.2015

Homenaje de Tuffí Aré a Roberto Navia, ganador del premio Rey de España

El Jefe de Redacción del diario EL DEBER, escribe sus sentimientos sobre el periodista Roberto Navia Gabriel, luego de conocer que su crónica sobre la justicia por mano propia en Chapare, lo había llevado a un sitial de privilegio internacional.

Roberto Navia en la redacción de EL DEBER. Lo entrevista Gina para EFE y producen un video con él para España. Foto: Tuffí Are
"Pocas veces vi a taxistas detenerse en la calle para abrazar y felicitar a un cronista de periódico. Hace tiempo que el auditorio de una universidad no se llenaba con más de 500 estudiantes para escuchar, admirar y tomarse una foto con el redactor de un diario. No se sentía hace años el interés de decenas de jóvenes cruceños por el mejor oficio del mundo. Hace tiempo que no venían periodistas extranjeros a entrevistar a un colega boliviano. Pocas veces han coincidido medios de diversas audiencias e intereses en la búsqueda de una exclusiva con un comunicador de impresos. Pocos periodistas nacionales han sido tan requeridos últimamente por organizaciones del exterior para que expongan sus experiencias en una actividad noble, cuando se la ejerce bien. En 23 años de periodismo, escasas veces sentí crecer tanto como ahora la autoestima de los obreros de la información y jerarquizar una profesión algo desacreditada por los que la ejercen sin vocación y sin formación. La UMSA lo quiere tener como docente, periodistas de Tijuana lo ha invitado a dar un taller a sus colegas mexicanos. La Fundación Patiño lo ha convocado a difundir lo que sabe y los que vivimos a su lado varias horas del día buscamos contagiarnos de su mística y asimilar la exquisitez de su crónica. Roberto Navia Gabriel se ha consolidado después del viernes 6 de febrero como la más importante celebrity de la prensa boliviana, algo muy raro, se diría que casi muy excepcional, para un profesional de la palabra que entrega semanas enteras a la reportería del mundo underground, que usa sus propias vacaciones para recoger historias y que se sumerge durante largas horas en las teclas de una redacción para lograr textos mágicos.
En Bolivia habitualmente se admira y se sigue al futbolista famoso, a las numerosas reinas de belleza o a los conductores de televisión más extravagantes. Pocas veces se ha reconocido como sucede afortunadamente ahora con el talento y el esfuerzo intelectual de personajes como el Flaco Navia. O sea, estamos viviendo un momento extraordinario para el buen periodismo que despierta pasiones dormidas.
¿Cuánto cambió Navia con el Premio Rey de España? Básicamente nada. Sus recientes días de gloria y de fama han reforzado la humildad del estudiante que conocimos hace 20 años en las aulas de la universidad pública. Seguimos disfrutando ahora del mismo muchacho hiperactivo que comenzó a golpear a mediados de los 90´s las teclas de las primeras Macintosh llegadas a nuestras redacciones. Allí gestó sus primeros sueños, pero sobre todo cultivó su insuperable talento que le ha dado más galardones que cualquier otro periodista en la historia boliviana.
Después de llorar juntos como niños el 6 de febrero por la noticia de su premio, con el Flaco estamos empeñados en construir nuevos sueños. En vez de elevarse a una altura inalcanzable, Navia bajó últimamente más al pueblo con su conquista. Sueña con volver a parir reportajes inspirados en los temas de las personas más sencillas, escribir dos nuevos libros, impulsar una Escuela de Periodismo y liderar en un diario boliviano la más novedosa unidad de investigación periodística. Conociendo su espíritu de triunfador insaciable, lo conseguirá."

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