CARLOS MORALES Y AGENCIAS - cmorales@eldeber.com.bo
El papa Francisco dio ayer una nueva señal de la nueva Iglesia católica que impulsa bajo su mandato. Tras un sonado escándalo en Alemania, el pontífice decidió suspender temporalmente al ‘obispo despilfarrador’, monseñor Franz-Peter Tebartz-van Elst, de la ciudad de Limburgo (sudeste de Alemania), tras el escándalo provocado por su afición al lujo.
"La Santa Sede considera oportuno" autorizar que monseñor Tebartz-van Elst deje "durante un tiempo" la diócesis, a la espera del resultado de la investigación interna, informó el Vaticano.
La decisión de Francisco fue tomada después de varias reuniones con importantes representantes de la Iglesia alemana y de haber recibido el lunes en el Vaticano al obispo involucrado en el caso, blanco de críticas por sus gustos costosos y cuya renuncia reclaman numerosos alemanes.
Desde que fue elegido papa, Francisco, que aspira a impulsar una ‘Iglesia pobre para los pobres’, no ha tomado medidas especiales contra el fenómeno, pero aceptó la renuncia de un obispo esloveno considerado también un derrochador y se comprometió a reformar las controvertidas finanzas internas de la Santa Sede.
Satisfacción entre feligreses
Los católicos alemanes manifestaron inmediatamente su satisfacción por la decisión del papa argentino y estimaron que con ello se ofrece ‘una nueva oportunidad’ a esa diócesis.
"La situación para los creyentes y para el conjunto de la Iglesia alemana en las últimas semanas era pesada", reconoce en una nota Alois Gluck, presidente del Comité Central de los Católicos Alemanes.
Por su parte el portavoz del Gobierno alemán, Georg Streiter, rechazó comentar la decisión al considerarla "un asunto interno de la Iglesia".
El vocero recordó, sin embargo, que el obispo es remunerado por el Estado como los demás miembros de la jerarquía de la Iglesia de ese país.
Crisis de credibilidad
El obispo está siendo investigado penalmente por el tribunal de Hamburgo (norte) por haber mentido sobre su viaje en clase ejecutiva a la India para visitar a los pobres de ese país.
La Iglesia católica alemana, entre las más ricas del mundo, suele financiar numerosas asociaciones, escuelas, misiones y proyectos de desarrollo.
El escándalo desatado en Alemania generó un problema de credibilidad en la Iglesia, en un país que se identifica con la austeridad y con la línea de sobriedad y sencillez que defiende el papa Francisco.
Se hizo construir una tina de 20.000 dólares
Tebartz-van Elst, de 53 años, fue acusado de haber emprendido la construcción de una onerosa sede episcopal, con museo, sala de conferencias, capilla y apartamentos privados.
El proyecto, decidido por su predecesor, costaba unos $us 7,6 millones, pero los gastos de la obra han aumentado notablemente, alcanzando los $us 42,4 millones.
Según los medios de prensa alemanes, el religioso gastó para su tina personal $us 20.000, sin hablar de un comedor de 63 metros cuadrados, de casi $us 4,1 millones.
El caso del "servidor más caro de Dios", como lo han tildado los editorialistas, genera mucho interés en Alemania, país donde las iglesias se benefician de un impuesto, por lo que gozan de fondos considerables.
Escándalo
Denuncia de los medios
El escándalo en relación con el obispo Franz-Peter Tebartz-van Elst estalló después de que los medios de comunicación alemanes denunciaran el lujoso estilo de vida del prelado.
Indagado por la justicia
Tebartz-van Elst es investigado por dos fiscalías en Alemania por supuestos casos de declaraciones en falso (en relación con un viaje en primera clase a la India) y fraude (relativo a obras de la residencia en Limburg).
Caso crítico para los católicos
La Iglesia católica alemana tiene unos 24,5 millones de fieles en Alemania, unos 700.000 más que la evangélica, aunque en ambas confesiones se producen anualmente unas 125.000 apostasías (abandono de la religión)
